En mis años de vida, encuentro sano reconocer que primero que todo he aprendido de la palabra de Dios y de mi gran amigo Jesús, mis padres aportaron muchos de sus principios, disciplina y organización que aún mantengo en mi vida personal, a ser afectuosa, agradecida y alegre, a investigar en los libros para prepararme intelectualmente, aprendo cada dia de mis compañeros y amigas colegas de la docencia, de mis maestros de bachillerato, universidad y de la especialización, en donde comprobé que había nacido para enseñarle a los demás, ayudar a formar seres humanos, esto último nunca fue un accidente, pues cuando niña ya colocaba mis muñecas y mis hermanos menores a "estudiar en la escuela" y era su maestra.
Pero.... actualmente con mis estudiantes, reconozco en ellos mi fuente de permanente adquisición de nuevos aprendizajes, con sus jóvenes inquietudes cotidianas, y adaptar , moldear mis antiguos paradigmas para acoplarme a las nuevas situaciones enfrentadas con ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario